Tras un cambio cultural y terapéutico se ha avanzado mucho en los cuidados a las personas con Alzheimer aplicados en los centros residenciales.
Hoy día, a las personas mayores se les reconoce de gran utilidad para la sociedad. Nos ofrecen su sabiduría, experiencia, observación, cordura ante la vida y sus problemas. Cuando no se tiene la oportunidad de tratar a los mayores se les idealiza, se les aparta y finalmente no se cuenta con ellos.
En medio de tantos cambios tecnológicos, muchos mayores han sido capaces de adaptarse a situaciones nuevas: utilización de móviles, ordenadores, internet, videoconferencias. Cuando están motivados muestran interés y capacidad de aprendizaje. En nuestros centros se les facilita la formación y el acceso a estos medios.
En casos de Alzheimer parece que han perdido todas sus facultades y funciones, pero son capaces de desarrollar unas nuevas y perfeccionar otras aptitudes: arte (pintura y fotografía), cultura (leer y escribir), divertirse (viajes, excursiones, cine, música); evocaciones del pasado.
Tenemos que tener presente que el envejecimiento es un fenómeno biológico, pero no es una enfermedad. Ser mayor no es igual a estar enfermo.
Es difícil comprenderles cuando han tenido pérdidas de todo tipo: psíquicas, familiares, económicas, laborales, etc. Pero es fácil entenderles si caminamos a su lado y le acompañamos.
Ideario y filosofía que aplicamos en el actuar de cada día con todo tipo de personas mayores y sus capacidades.